A través de la minería de Bitcoin, Gridless lleva electricidad a distintas comunidades en África. Esta es su historia.
Erik Hersman nació en la basta tierra de Estados Unidos, un país que representa el sueño americano en uno de los contextos económicos más sólidos en el mundo.
Sin embargo, la ventana por la que miraba todos los días cambió a sus dos años cuando su familia se mudó hacia África.
Al crecer en ese continente lleno de carencias, Erik vio una gran oportunidad para crear Gridless, una compañía que provee de electricidad a distintas familias en Kenia a través del minado Bitcoin (BTC).
A pesar de que es rica en materias primas, África es la región menos electrificada del mundo. Casi 568 millones de personas no tienen acceso a este servicio, según la Agencia Internacional de Energía.
Sin embargo, varias personas dedicadas a la minería BTC intentan ayudar a contrarrestar esa situación a través de la construcción de micro redes alimentadas por fuentes de energía renovable.
“El sueño de Gridless comenzó hace dos años en una pequeña comunidad de Kenia. En ese entonces, solamente trabajamos con seis computadoras y una pequeña planta hidroeléctrica. Generábamos 20 kilowatts de electricidad”, dice Erik Hersman, cofundador de Gridless.
Hoy, su proyecto también funciona como un centro de inversión.
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Gridless es una empresa disruptiva que conjunta dos sueños igual de innovadores y que constantemente son desafiados: llevar electricidad a África mientras utilizan la criptomoneda más famosa del mundo, misma que ha sido repudiada por su uso desmedido de energía. Según Digiconomist, minar BTC equivale al consumo eléctrico de un hogar medio estadounidense durante 21.04 días.
Pero el fundador de Gridless vio una solución en donde las demás personas solo miraron un problema.
“Si quieres cambiar realmente el mundo, debes generar riqueza y construir negocios que transformen la vida de las personas”, explica Hersman.
Esta es la frase que el emprendedor ha definido como su emblema y por la que continúa su lucha.
Después de crecer en África, Hersman regresó a Estados Unidos a estudiar en la Universidad Estatal de Florida y para 2013 inició distintos proyectos para proveer energía eléctrica de forma asequible a pequeñas aldeas ubicadas en Kenia y Malawi.
La primera idea que se le ocurrió fue utilizar los recursos naturales de su tierra. Así, nació Batakana, uno de sus primeros proyectos que murió prematuramente. Sin embargo, Hersman no dejó de pensar en generar distintas formas de alimentar las redes de su segundo hogar, por ello, comenzó a utilizar un elemento que ya existía en África: la red.
En 2021 pudo fundar Gridless cuyo modelo de negocio ahora es compartido por varias organizaciones que forman un equipo de trabajo para ayudar a todo el continente.
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“Verás, nosotros buscamos socios que tengan minirredes rurales y renovables de energía para monetizar la capacidad total de su producción. Por su parte, la minería de Bitcoin crea un comprador de último recurso para que los lugares de producción de energía en exceso se vuelvan económicamente viables”, menciona.
En su primer año, Gridless ha contratado cinco proyectos piloto en zonas rurales de Kenia con HydroBox, una empresa africana de energía hidroeléctrica, tres de los cuales están actualmente en funcionamiento. La compañía planea expandirse a otras geografías en el este de África en un futuro próximo.
El proyecto que utiliza como principal combustible al Bitcoin creció exponencialmente durante 2022. Incluso en diciembre aseguró una ronda de inversión inicial de 2 millones de dólares dirigida por Stillmark and Block, Inc.
Como todo líder disruptivo, el fundador de Gridless es un fiel creyente de que lo mejor para los distintos sistemas que gobiernan a la sociedad es seguir evolucionando, eso ocurre con la economía.
Precisamente esta fue una de las tantas razones por las que decidió darle su voto de confianza a los criptoactivos, pero no a cualquiera, solo al más valioso y utilizado, el Bitcoin.
“Sería una locura que apostáramos por otro tipo de bienes, como los metales preciosos, eso dañaría más a las comunidades”, plantea.
Ahora, en el mundo existen más de 100 criptomonedas cuya comunidad estaría deseosa de participar en proyectos tan nobles como el de Gridless, pero Hersman no lo permitiría. La razón de esot es muy fácil: es la única cuyo valor se ha logrado mantener, además es considerada como el “oro digital”.
Ese superpoder, le permite al mundo visualizar a esa moneda no solo como un ente de intercambio, sino también de ahorro, por lo que el proyecto de Gridless se ve más fortalecido.
“Gridless, por su naturaleza, tiene problemas completamente diferentes a los que se enfrentarían distintas compañías que trabajan en nuestro rubro”, declara Hersman mientras suspira.
Por ejemplo, durante dos años el equipo de Gridless ha tenido que estudiar el clima de Kenia y Malawi, en donde se encuentran las principales comunidades a las que ayudan.
La respuesta a esto está en que sus socios, en su mayoría, utilizan redes pequeñas para generar electricidad que funcionan gracias a las corrientes de distintos ríos.
“En ocasiones hemos podido generar 700 kilowatts, pero en otras solamente podemos brindar 70”.
Además de los problemas que enfrenta debido a la naturaleza, Hersman recuerda cómo las barreras culturales han jugado en su contra, pero también a favor.
En una ocasión tuvo un problema en una de las comunidades a las que llegó su compañía ya que los lugareños robaron la mayor parte de sus equipos.
Si bien este tipo de retos casi no los enfrenta la compañía pues generalmente piden permiso a los ancianos y jefes de las tribus para trabajar, pero en esa ocasión fue la excepción.
“Cuando sucedió eso, tuvimos que hablar con los jefes de la aldea, ellos escucharon lo que había pasado y se dedicaron a encontrar a los responsables. Posteriormente nosotros tuvimos una charla con quienes viven en la comunidad y les explicamos lo que planeábamos hacer. Las comunidades en África son muy abiertas al diálogo”, agrega.
Uno de los últimos retos que expone el fundador de Gridless es la falta de infraestructura en el país para poder llevar el internet a todas partes. Sin duda, ese tipo de desafíos son difíciles de vencer, aunque pudo aliarse con la compañía Starlink, de Elon Musk para poder salir adelante.
“Desde hace algunos meses hemos estado trabajando con Starlink. Esa compañía ha respaldado e impulsado la red de conectividad”, celebra.
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A pesar de que el sueño de Hersman ya es una realidad, aún anhela que Gridless pueda volverse una fuente de financiamiento para que más empresas puedan aventurarse a crear proyectos para que África avance en su camino hacia el desarrollo.
“Actualmente los proyectos que tienen el mismo sueño que nosotros deben esperar cerca de 25 o 30 años para ver realmente el crecimiento de su proyecto, pero esto es diferente si se utiliza Bitcoin. Con esa moneda, el tiempo se reduce. Incluso la curva de crecimiento solo dura cerca de 7 años”, menciona.
Aunque el acta de nacimiento de Erik Hersman dice Estados Unidos su corazón y compromiso están en el continente africano, al que él considera su hogar y por el que trabaja todos los días para apoyarlo con el uso del Bitcoin, la moneda que nació con el objetivo de cambiar los paradigmas del sistema financiero.
“El desarrollo de un país depende de la cantidad de energía y de electricidad que genere. África es un país rico en recursos naturales, pero a sus habitantes no les es posible conectarse por falta de este recurso, por eso debemos llevar a las comunidades a nuevos niveles”.