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Qué es el metaverso y por qué debe importarnos

El metaverso puede ser la próxima evolución del internet. La idea es que la “realidad extendida” se convierta en un medio clave para el compromiso social y empresarial.

Stefan Brambilla Hall 01 Jul 2022

Si te interesa la tecnología, probablemente has oído la palabra de moda del momento: “metaverso”, pero ¿qué es?

El metaverso no existe, al menos todavía. Actualmente no hay nada que pueda identificarse legítimamente como un metaverso.

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Un paralelismo útil para entender su madurez -con un guiño al analista tecnológico Benedict Evans por la referencia– puede ser la historia de cuando el empresario de telecomunicaciones Craig McCaw oyó hablar por primera vez de Internet.

Según se dice, fue el director ejecutivo de Apple, Steve Jobs, quien describió las implicaciones que una red de ordenadores interconectados distribuidos por todo el mundo podría tener en las comunicaciones, el comercio y la información.

Cuando Jobs terminó su descripción, la reacción de McCaw fue: “¡Vamos a comprarlo!”.

Al igual que no se puede invertir en internet, tampoco se puede identificar el metaverso como un producto, tecnología o servicio único. Una pregunta mejor podría ser: ¿qué podría convertirse en el metaverso?

La próxima gran plataforma informática

Los tecnólogos responden que el internet acabará evolucionando hacia el metaverso, que llegará a representar la próxima gran plataforma informática.

Si el concepto puede hacerse realidad, se espera que sea tan transformador para la sociedad y la industria como el teléfono móvil.

El internet suele ser el principal punto de entrada para que millones de personas accedan a información y servicios, se comuniquen y socialicen entre sí, vendan productos y obtengan entretenimiento.

Se prevé que el metaverso reproduzca esta propuesta de valor, con la principal diferencia de que la distinción entre estar fuera de línea y en línea será mucho más difícil de delimitar.

Esto podría manifestarse de varias maneras, pero muchos expertos creen que la “realidad extendida” (XR) -la combinación de realidad aumentada, virtual y mixta- desempeñará un papel importante.

El concepto de metaverso se basa en la idea de que los entornos virtuales en 3D, accesibles e interactivos en tiempo real, se convertirán en el medio de transformación de la participación social y empresarial. Para que sean prácticos, estos entornos dependerán de la adopción generalizada de la realidad extendida.

Hasta ahora, las tecnologías de XR se han limitado en su mayoría a un subconjunto de videojuegos y a aplicaciones empresariales de nicho.

Sin embargo, a medida que los juegos tienden a convertirse en plataformas de experiencias sociales, crece la probabilidad de que sus características –mundos virtuales descubribles, continuos, medios de expresión abierta y creativa, y conductos para la cultura pop- puedan aplicarse y se apliquen a otros contextos.

Vínculo entre los activos digitales con el mundo real

También se espera que el metaverso tenga una fuerte conexión con la economía del mundo real y se convierta en una extensión de esta.

En otras palabras, el metaverso debe tener la capacidad de que las empresas y los individuos participen en la actividad económica de la misma manera que lo hacen hoy. Esto significaría poder construir, comerciar e invertir en productos, bienes y servicios.

Hasta cierto punto, el punto de inicio pueden ser las Token no Fungibles (NFT) como base para la creación de valor. Una NFT es una declaración de propiedad de un activo digital único y no intercambiable que se almacena en una blockchain, o cadena de bloques en español.

Si los NFT se convierten en una herramienta comúnmente adoptada para el comercio de tales bienes, podrían ayudar a acelerar el uso de los ecosistemas XR como lugares a los que la gente acude para combinar elementos de la economía digital con sus vidas fuera de la virtualidad.

Una forma de pensar en este proceso es cómo la App Store animó a las empresas a digitalizar sus operaciones para que los consumidores pudieran experimentar (y pagar) sus productos y servicios desde cualquier lugar.

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Esto legitimó la idea de que el comercio minorista y el digital no tienen por qué estar separados, allanando el camino para toda una serie de casos de uso que inicialmente podrían no haber tenido sentido.

Por ejemplo, es posible que Peloton, una empresa que produce equipos de ejercicio y clases de fitness transmitidas por vídeo, no existiera sin la App Store.

Sin un medio ampliamente adoptado para las experiencias digitales de los consumidores, un servicio basado literalmente en la actividad física tendría un débil argumento comercial para entrar en línea.

Una visión acertada del metaverso prevé que transformaciones como estas se produzcan a un ritmo acelerado y a escala universal.

Características y retos del metaverso

Si bien todo esto explica los fundamentos del metaverso, lamentablemente no se puede predecir exactamente cómo será. De hecho, todavía estamos en la fase conceptual del metaverso.

Sin embargo, el inversionista Matthew Ball identifica siete atributos fundamentales que pueden ayudar a las mentes curiosas a imaginar cómo podría tomar forma.

Entre ellos están la persistencia (no hay un “encender” o “apagar” obvio para acceder a él), la sincronización (existe en tiempo real) y la interoperabilidad, además de estar poblado por contenidos y experiencias tanto de individuos como de empresas.

Por supuesto, hay preguntas sobre lo que el metaverso significará para la privacidad, si será inclusivo y cómo mitigar contenidos y entornos perjudiciales que podrían crearse. Dado que el metaverso se encuentra en las primeras fases de desarrollo, existe la oportunidad de incorporar estos atributos el su diseño.

La idea del metaverso puede parecer prometedora. Por esto, muchas de las principales empresas tecnológicas del mundo están invirtiendo en su desarrollo. Si llega a materializarse, es concebible que transforme el comportamiento de los consumidores y las empresas.

Este artículo es parte de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial


ACERCA DEL AUTOR

Stefan Brambilla Hall es es líder de proyecto y participación en el Foro Económico Mundial. Es responsable de producir contenido e investigación basados en conocimientos, así como de programas de compromiso centrados en la intersección de la tecnología, los medios y el entretenimiento.

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