Es necesario un compromiso real, así como utilizar todos los recursos posibles, desde tecnología hasta la capacidad de llegar a miles de personas, para visibilizar y educar sobre el impacto que tiene el desechar alimentos.
En México y a nivel global nos enfrentamos a una realidad en donde el desperdicio de alimentos es un hecho constante. La consultora McKinsey afirma que anualmente se desperdician o pierden entre el 33 y el 40 por ciento de los alimentos del mundo.
La problemática del desperdicio se origina, según la ONU, desde la cosecha y la venta al por menor pues es ahí en donde se pierde más del 13 por ciento de los alimentos producidos.
Por otro lado, a nivel nacional y de acuerdo con el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se desperdician al año 11,979,364 toneladas de alimentos.
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Ante este panorama, aunque hay diversos organismos especializados como la Red de Bancos de Alimentos de México que están luchando contra esta situación, como sector privado tenemos también la responsabilidad y compromiso de contribuir a revertir la problemática e impactar positivamente a la sociedad y al medioambiente.
Las corporaciones tenemos a nuestra disposición activos importantes, como la tecnología, que sin duda ayudarían a transformar la realidad y detener el ciclo vicioso de desperdicio con el que las porciones de alimentos no consumidos terminan en los basureros.
Tendencias como el foodtech nos muestran que es posible digitalizar la industria alimentaria para hacerla más sustentable, y en el caso específico del desperdicio, la integración de la tecnología está aportando nuevas formas de darle una segunda oportunidad a la comida en buen estado y aprovecharla al máximo.
Y es que como industria, conocemos la complejidad que tiene encontrar soluciones para dar el tratamiento correcto a esos productos cuya fecha de caducidad está próxima a expirar y que por su condición puede ser complicado e incluso imposible ponerlos a la venta; la consecuencia: alimentos desperdiciados.
Actualmente gracias a avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial y los algoritmos cada vez más refinados, es posible tener información precisa y actualizada en tiempo real, lo que nos permite desarrollar estrategias efectivas para frenar el desperdicio.
Se han creado plataformas que ponen a disposición de los clientes productos próximos a caducar; pero de buen estado y calidad, para ofrecerlos a través de precios preferenciales y evitar el desperdicio.
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La tecnología es el habilitador para que se puedan llevar a cabo este tipo de acciones en apariencia sencillas y masivas, así como otros procesos complejos y significativos que, en conjunto, pueden marcar la diferencia respecto a la cantidad de alimentos que terminan en la basura y que bien podrían ser consumidos.
Desde nuestra trinchera, todos los que estamos involucrados en esta industria tenemos en nuestras manos el poder de reducir la alarmante problemática del desperdicio.
Es necesario un compromiso real, así como utilizar todos los recursos posibles, desde tecnología hasta la capacidad de llegar a miles de personas, para visibilizar y educar sobre el impacto que tiene el desechar alimentos, pero sobre todo, generar soluciones que combatan la situación que no solo tiene afectaciones a nivel social sino ambiental.