Hoy la ley nos exige saber con quién hacemos negocios y no hacerlo nos expone a multas millonarias y problemas legales que nunca quieres tener. ¿Cómo puedo conocer al dueño beneficiario de mis clientes?
Es común hablar de «prestanombres» y sería raro que alguien nunca haya escuchado de ellos; una persona quiere tener algo (dinero, cosas, etc.) sin que nadie sepa que la tiene, así que consigue a alguien que le «preste» su nombre.
Ese algo se pone a nombre de un primo, hermana, amigo, etc. —generalmente a cambio de dinero— y fingimos que es suyo. Pero ojo que «dueño beneficiario» también es el humano (siempre es un humano) que está detrás de una empresa u operación (accionistas, etc.).
¿Puedo lavar dinero si soy influencer? Así funciona este mecanismo
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosSi lo piensas tiene lógica que se llamen igual porque usan el mismo mecanismo, solo que en las empresas se usa para trabajar y en las operaciones ilícitas para delinquir.
Menos común es saber cómo se llama el otro; el que pide prestado el nombre. Según el Grupo de Acción Financiera Internacional —la máxima autoridad internacional en estos asuntos— en la las operaciones ilícitas, la otra cara del prestanombres se llama «dueño beneficiario» (o «Beneficial Owner»): el humano detrás de la operación.
Esa es la primera parte de nuestra respuesta, pero antes de hablar de cómo encontrarlo hablo poquito sobre por qué.
Los negocios más expuestos a que los lavadores los usen y los metan en broncas legales feas tienen —por ley— que averiguar con quiénes hacen negocios y reportar cosas sospechosas; esa es la columna vertebral de eso que llamamos compliance o programa de cumplimiento. Dicho eso, vamos al cómo identificarlos.
Cualquier oficial de cumplimiento debe saber hacer esto (léase «guardar para cuando me toque entrevistar oficial de cumplimiento»); saber con quiénes hacemos negocios implica investigación chiquita que revele de tu cliente potencial:
Para lograrlo pedimos muchos documentos legales e información acerca de ellos y su negocio, además de entrevistar a todos los involucrados (puede ser por Zoom).
En cada punto conoceremos más sobre el cliente potencial y sus representantes, pero también herramientas para averiguar más antecedentes sobre ellas; yo recomiendo dos: Basel Open Intelligence e Inspektor (no me patrocinan, pero deberían).
Estas herramientas funcionan como motores de búsqueda que nos ayudan a detectar «focos rojos» de clientes potenciales. Podríamos dedicar todo un artículo a ellas pero por ahora basta saber que existen y que una oficial de cumplimiento buena sabe usarlas.
Esa investigación debe culminar en una respuesta a «¿Puedo trabajar con ellos?» Las mejores oficiales de cumplimiento que he conocido responden con una sola palabra y un solo párrafo explicativo: o sea, un «sí» o un «no» y sus razones claras y sencillas.
Al final, este proceso debe darte tranquilidad de fondo y no solo de forma: no se trata de «palomear» una lista para que legal deje de molestar.
Debemos preguntar, indagar e investigar hasta que nos sintamos tranquilas de que podemos confiar en nuestros socios y, si no, sencillamente no debemos trabajar con ellos.
Definitivamente hacer negocios en 2025 no es para principiantes, pero con las herramientas correctas podemos navegarlo y estar seguros de hacer negocios con las personas adecuadas.
1. También «beneficiarios controladores», «dueños controladores», «propietarios reales», «dueños reales», «dueños beneficiarios», «beneficiarios finales», «propietarios finales», «beneficiarios reales», y un etcétera larguito.
https://www.fatf-gafi.org/en/topics/beneficial-ownership.html.