Un colaborador con boreout no necesariamente luce agotado ni estresado. Más bien, puede mostrarse apático, desconectado y en ocasiones “demasiado tranquilo”.
En el mundo corporativo solemos hablar con frecuencia de estrés, burnout y fatiga por exceso de trabajo. Sin embargo, existe un mal silencioso, menos visible pero igual de dañino: el boreout, un síndrome derivado del aburrimiento laboral crónico, que está ganando protagonismo en las conversaciones sobre bienestar organizacional.
El término boreout fue introducido en 2007 por los psiquiatras suizos Peter R. Werder y Philippe Rothlin en su libro “El nuevo síndrome laboral: boreout”.
MIT SMR México se financia mediante anuncios y sociosEl cual se refiere a la profunda falta de motivación, interés y sentido que experimentan los colaboradores cuando sus tareas resultan monótonas, poco exigentes o directamente irrelevantes. A diferencia del burnout, que surge del exceso de carga, el boreout nace de la infrautilización del talento humano.
Datos del estudio “Boreout” de Bumeran, portal de empleos y reclutamiento online, el 86 por ciento de los directivos de Recursos Humanos afirma que perciben que sus colaboradores tienen síntomas de boreout, ya que se aburren con sus tareas o sienten que estas están por debajo de sus habilidades.
Además, el 71 por ciento afirma que sus talentos manifestaron estar aburridos, desmotivados o atravesando este tipo de síntomas.
Por otra parte, el informe de Bumeran destaca que, dentro de las razones por las cuales los trabajadores no se sienten lo suficiente desafiados o que están utilizando sus habilidades y capacidades al máximo, se encuentran:
Burnout vs. Boreout: ¿Te agota o aburre tu trabajo? Conoce qué daña más tu productividad
Un profesional con boreout no necesariamente luce agotado ni estresado. Más bien, puede mostrarse apático, desconectado y en ocasiones “demasiado tranquilo”.
También, puede tener fatiga mental, un sentimiento de vacío o inutilidad en el trabajo, distraerse constante en redes sociales o actividades no laborales, así como ausentismo emocional (cumplir solo por cumplir) e indiferencia a los objetivos corporativos.
Paradójicamente, este estado puede provocar en los colaboradores depresión, ansiedad, baja autoestima y, a nivel organizacional, una fuerte pérdida de productividad y compromiso.
Cabe destacar que, el aburrimiento laboral crónico no es culpa exclusiva del colaborador, sino el resultado de un mal diseño organizacional que provoca:
En un mundo donde la Generación Z y pronto la Alfa buscan sentido, autonomía y aprendizaje continuo, ignorar el boreout es condenar a la compañía a perder talento joven de alto potencial.
En este contexto, la buena noticia es que existen estrategias terapéuticas y organizacionales para combatir este síndrome como:
En un entorno laboral donde la transformación digital y la automatización eliminarán muchas tareas repetitivas, no basta con evitar el estrés laboral; también hay que proteger la motivación y el sentido de pertenencia, lo que permitirá retener el talento y trasformar a los colaboradores en embajadores de la marca.
Como diría el filósofo y poeta alemán Friedrich Nietzsche:
“¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?”
Por lo que para combatir el boreout, el reto de las compañías será asignar a las personas labores que exijan creatividad, criterio y pensamiento crítico, donde trabajo sea más que un intercambio de tiempo por dinero, sino una fuente de energía, propósito y realización.
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