En un mundo donde la tecnología y la información son armas poderosas, el colectivo de hackers conocido como Anonymous ha asumido el papel de justicieros digitales.
Desde su formación a principios de los años 2000, este grupo ha llevado a cabo numerosos ciberataques con el objetivo de exponer la corrupción, proteger los derechos humanos y de los animales e incluso, luchar contra la censura.
La participación de Anonymous en el intento de derrocamiento de dictaduras o en la defensa de grupos desfavorecidos, ha tenido un impacto significativo en su percepción pública.
En lugar de ser vistos simplemente como criminales o amenazas, Anonymous ha mostrado que los ciberatacantes pueden también ser activistas, luchadores por la libertad y agentes del cambio social.
De acuerdo con su página web, el lema de esta organización es:
“Somos Anonymous. Somos Legión. No perdonamos. No olvidamos. Espérennos”.
El lema de Anonymous no es sólo un eslogan, sino una representación compacta de su filosofía y principios operativos. Encapsula el compromiso del colectivo con el anonimato, la unidad, la búsqueda incesante de sus objetivos y la naturaleza impredecible de sus acciones.
Este lema se ha convertido en un grito de guerra que inspira no sólo a los miembros de Anonymous, sino también a otros activistas y hacktivistas de todo el mundo.
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A diferencia de muchos cibercriminales motivados por ganancias financieras, Anonymous ha llevado a cabo numerosos ciberataques impulsados por principios ideológicos y éticos.
Sus acciones a menudo se dirigen contra organizaciones y gobiernos que consideran corruptos o injustos. Al defender causas como la libertad de información, los derechos humanos y la transparencia, este grupo ha dado al hacking un propósito moral.
Esto ha cambiado la narrativa sobre los ciberatacantes de simples delincuentes a luchadores por la justicia.
Estos son algunos de los ataques orquestados por la familia anónima más grandes de justicieros que te harán verlos de otra manera.
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