El Hospital Universitario Princeton-Plainsboro no era un centro médico normal, en él trabajaba uno de los personajes más brillantes y amados de la televisión: Dr. House.
Hugh Laurie fue el encarga de inmortalizar al infectólogo hasta 2012. Gracias a su interpretación ganó varios premios, entre ellos el Premio Globo de Oro al Mejor Actor de Serie de Televisión y el TCA Award al Mejor Logro Individual en Drama. El logró impregnar al personaje de un aura sarcasmo, cinismo y actitudes poco convencionales que lo hicieron memorable.
Sin embargo, esto no fue lo único que hizo a la serie tan popular ya que en cada episodio presentaba casos médicos poco comunes y misteriosos que requerían diagnósticos difíciles de resolver. La resolución de estos casos mantenía a los espectadores intrigados y entretenidos.
Además, el melodrama exploró no solo los aspectos médicos, sino también las relaciones entre los personajes. Las interacciones entre Dr. House y su equipo médico, así como con los pacientes agregaron profundidad emocional a la trama.
Aunque Gregory House era un personaje impulsivo y llevaba a cabo métodos poco ortodoxos con el objetivo de sanar a sus pacientes, tenía una habilidad innata para tomar decisiones rápidas y efectivas en situaciones de crisis médica.
A pesar de su comportamiento desafiante, el personaje principal estaba profundamente comprometido con la resolución de casos difíciles. También siempre estaba dispuesto a trabajar arduamente junto con su equipo para encontrar soluciones.