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San Francisco, el lado oscuro de la meca tecnológica

Elizabeth Vargas 21 Dic 2023
San Francisco, el lado oscuro de la meca tecnológica La ciudad del norte de California alberga a las empresas tecnológicas más grandes del mundo, en contraste, es una de las ciudades donde más personas sin hogar mueren por sobredosis de fentanilo. (12019 / Pixabay)

Gigantes como Meta o Google volvieron millonaria a la ciudad ubicada en el norte de California, sin embargo, el costo que pagaron sus habitantes fueron la pobreza y la marginación.


San Francisco dejó atrás las flores y abrazó la tecnología. El Hotel Fairmont se ubica sobre la calle Mason y al parecer, todo el corazón de la ciudad se concentra en ese edificio. Sus entrañas son doradas, sus paredes son rojizas y entre sus pasillos existen sillas y mesas que hacen imaginar a sus huéspedes que están en una cápsula del tiempo viviendo en 1910.

La calle Mason es una de las arterias principales que conecta al hotel con la bahía. Pero antes de llegar a ver el mar, cualquier visitante tiene que caminar sobre ella subiendo y bajando sus pendientes adornadas con casas estilo Gothic Revival

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Así es San Francisco, una ciudad glamorosa con inmensos edificios rodeados de casas verticales de colores pasteles. Ese paisaje hace parecer que esa ciudad es el único lugar donde podrían converger el estilo de vida contemporáneo con lo romántico. Al menos, eso parece a simple vista.

Las luces ostentosas que iluminan la ciudad son visibles desde la autopista que conecta el aeropuerto internacional de San Francisco con su centro. El auto avanza, la carretera es lisa, parece seda; no hay ningún agujero en el asfalto, sin embargo, Anokin frena. “¡No vayas ahí!”, exclamó mientras la luz roja de un semáforo lo alumbraba. 

En ese momento el conductor de Uber de origen iraní señaló el barrio Tenderloin, a solo 10 minutos del Hotel Fairmont. Un distrito que se ha hecho mundialmente famoso porque ahí abunda el fentanilo, la pobreza y las personas sin hogar. Estrepitosamente, San Francisco perdió su brillo.

Las muertes por sobredosis en Tenderloin superaron a las reportadas por COVID-19, de acuerdo con la alcaldesa London Breed. Algunas personas han calificado a este barrio como uno de los peores para vivir. 

No obstante, este no es el único lugar de San Francisco que tiene un alto índice de criminalidad. Mission Neighborhood, South of Market Neighborhood, Ocean View y el aclamado Barrio Chino son otros lugares en donde un internauta cualquiera puede hallar información que le indique que es una mala idea vivir por allí. 

En 2022, alrededor de 7 mil 754 personas se encontraban sin hogar en San Francisco, según Point-in-time, informe que contabiliza a las personas albergadas y no albergadas que experimentan la falta de hogar en una sola noche.

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Tecnología, el aliado de los sanfranciscanos

Los periodistas de todo el mundo se dedican a ensalzar con fotos y vídeos la calle Market, una vía conocida por albergar las sedes centrales de las compañías tecnológicas más grandes del mundo, como Google o Zendesk. Los turistas bautizaron a esta zona de la ciudad como “Los Campos Elíseos de San Francisco”. 

“La gente que pasa por este café son, en su mayoría, ejecutivos que no se dan cuenta de lo que pasa con la demás personas, con los vagabundos, con los pobres”, afirma Pedro, un hombre de 31 años que trabaja en un Starbucks rodeado de rascacielos en Market Street.

Para él es normal observar a los sanfranciscanos corriendo, hablando por sus celulares y tomándose selfies. El trabajador de origen mexiquense se imagina a todos en una burbuja. Cree que todos viven en su propio mundo.

“A veces no me siento mal porque de repente pasa alguien que no tiene casa y le dan una moneda o le compran comida”. Ese es su recordatorio personal de que en una ciudad tan ocupada, compuesta por fierros y tranvías, las personas aún son empáticas.

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Mientras ocurre esta escena cotidiana, en las oficinas la vida pasa a prisa. Conceptos como la productividad, las utilidades y los bonos siguen existiendo. Los ingenieros siguen imaginando cómo crear mundos digitales para que los demás puedan jugar pelota o tomar una bebida.

Por ejemplo, Dave Lehanski, Vicepresidente Ejecutivo de Desarrollo Empresarial de la Liga Nacional de Hockey (NHL), está orgulloso de presentarle al público nuevas tecnologías que permiten a los fans de ese deporte analizar las jugadas de cada equipo “segundo a segundo”.

“¡Estoy muy emocionado! Este es uno de los pasos que estamos dando para entrar en la inmensidad del metaverso. ¿Te imaginas? un día podremos ofrecerle a los fanáticos poder jugar en línea en la réplica de cualquier pista”, comenta. 

Sin embargo, este sueño se ve opacado por la dura realidad de la pobreza que se experimenta en las calles de la ciudad. En 2018 surgió el plan Prop C, una iniciativa que busca aumentar los impuestos de las empresas más grandes de San Francisco para reducir la crisis de las personas sin hogar.

Durante ese mismo año, Marc Benioff, CEO de Salesforce, le cedió dos millones de dólares a la causa, pero el cofundador de Twitter, Jack Dorsey se burló de la propuesta al decir que solamente resolvería el problema a corto plazo.

La pobreza, las personas sin hogar, la riqueza y la tecnología conviven en una sola ciudad. Por la noche San Francisco se ilumina completamente por la luz que surge de los edificios. Esa misma luz, es utilizada por las personas sin hogar que buscan un refugio para dormir.

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El sentimiento en común de la población más vulnerable es claro. Desean que algún día los gigantes de la tecnología se animen a crear casas en el océano para apoyar a quienes no tienen vivienda o a inventar algún chip para evitar el consumo de drogas. Tal vez los sueños de algunas personas migrantes disten menos de los de Mark Zuckerberg.

Mientras tanto, el mundo seguirá celebrando las nuevas aplicaciones, nubes y metaversos que Twitter, Instagram o Salesforce lanzan en San Francisco. Un lugar donde se conjugan en la misma oración la riqueza y la pobreza.

“Si no eres rico, no puedes vivir en San Francisco”

La fría bahía de la ciudad ha sido testigo de cómo San Francisco se transformó en un lugar de paso (para los buscadores de oro en 1848), a ser el destino tecnológico de quienes buscan hacerse millonarios. 

Este es el sueño que buscan cumplir desde los profesionales con posgrados hasta personas migrantes. Aunque todos, tarde o temprano descubren que echar raíces en esta ciudad no es tan fácil.

El semblante de Anokin se oscurece mientras conduce, él menciona: “Si no eres rico, no puedes vivir en San Francisco. Yo no vivo aquí, San Francisco es demasiado caro. Yo vivo en San Mateo, cercano a la bahía porque para mí es imposible estar aquí”.

Para este joven socio conductor es una lástima, ya que es una ciudad multicultural donde puede encontrar hasta comida persa. “¡Es tan buena, que mis padres no pueden creer que estamos fuera de casa!”, ríe. 

El 2022, la Coalición Nacional de Viviendas de Bajos Ingresos publicó cuánto deben ganar anualmente los residentes de San Francisco para pagar una renta de un departamento con cuatro habitaciones, el resultado fue de 116 mil 920 dólares. 

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Dicha cantidad no es fácil de reunir para quienes no son ingenieros colaboradores de alguna empresa de tecnología. De acuerdo con la plataforma de empleo, Glassdoor, un ingeniero gana en esta ciudad unos 111 mil dólares al año en promedio. Aunque hay ofertas de trabajo en Meta, Google o Uber que ofrecen un pago mayor a los 140 mil dólares. 

La Oficina de Censo en Estados Unidos publicó en 2021 que el 7.6 por ciento de las familias en San Francisco estaba considerando mudarse, el porcentaje más alto de las ciudades estadounidenses. En segundo lugar se encontró Seattle con un 7.2 por ciento.

“Algunos vienen y otros se van, esa es la regla aquí. Yo no me rindo, Estados Unidos me ha dado mucho y la cosa es seguir luchando”, comenta Jorge, otro conductor de plataforma originario de El Salvador, quien por las mañanas traslada pasajeros y por las noches reparte comida rápida. Gana 48 mil dólares al año, es decir, apenas el 41 por ciento de lo necesario para vivir en la ciudad. 

La esperanza que nunca desaparece

En San Francisco nace un producto o innovación todos los días. Y las empresas no pierden la oportunidad de celebrarlo, pero no todos se suman a ese festejo. 

A Jorge, estos logros le saben a poca cosa, pues dedica toda su vida a trabajar para salir adelante. Él prefirió salir de su país por temor a la ola de violencia y llegar a la meca de la tecnología, aun con todo y que es una ciudad llena de desigualdades. 

Sabe que San Francisco sigue siendo verde y lleno de flores, y aunque los empresarios son los únicos que disfrutan de este paisaje no pierde la esperanza de mejorar su calidad de vida. 

Al caer la tarde, Jorge maneja sobre la autopista Bayshore, cuya infraestructura abarca más de seis carriles, no hay obras similares en El Salvador, comenta. “Esto es sinónimo de progreso”, festeja y sonríe mientras asegura que ha logrado encontrar la forma de vivir y adaptarse a San Francisco, pese a sus altas rentas. “Nunca hay que dejar de trabajar”.

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Elizabeth Vargas Traductora senior y reportera MIT SLOAN MÉXICO Reportera y traductora senior de MIT SMR México. Periodista especializada en temas de criptomonedas, negocios, finanzas, capital humano, tecnología y regulación IA. Mi objetivo es brindar a las personas información accesible a través de textos que cuenten historias humanas.
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