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Inteligencia Emocional Múltiple: Qué es y los 10 aspectos a desarrollar para afrontar los desafíos actuales

Estas Inteligencias Emocionales Múltiples, nos ofrecen no solo una visión, sino una metodología para alcanzar una honestidad emocional contigo. Es desarrollar un camino hacia la maestría emocional.

Daniel Colombo 27 Mar 2024

Imagina un mundo donde el éxito no se mide sólo por logros visibles, sino por la habilidad invisible de navegar la complejidad emocional de nuestras vidas. En este escenario, las competencias emocionales emergen como los verdaderos pilares del desarrollo humano y profesional.

Hoy, más que nunca, la inteligencia emocional no es un simple complemento de la cognición racional; es el motor que impulsa la innovación, la adaptabilidad y la resiliencia.

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Hace unas décadas, el psicólogo norteamericano e investigador Howard Gardner ha postulado los 9 tipos de inteligencia de los seres humanos. A partir de su trabajo en la Universidad de Harvard, se ha propuesto describir algunos rasgos de esta clasificación, que echa por tierra la idea de que las personas tenemos dos opciones: ser o no ser inteligente.

Gardner postuló que todos tenemos inteligencia y puede ser mucho más que el clásico coeficiente con que se solía medir a las personas.

Según él, podemos tener inteligencia espacial, lingüística, lógico-matemática, kinésica-espacial, musical, interpersonal, intrapersonal, naturalista o medioambiental e inteligencia existencial.

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Inteligencia Emocional Múltiple: Las 10 competencias

Siguiendo esta idea, he investigado múltiples autores y estudiado durante los últimos veinte años el ámbito de la inteligencia emocional. Sobre esta base, hay, desde mi perspectiva, 10 destrezas emocionales fundamentales, indispensables para cualquier individuo que busque excelencia y equilibrio en su vida y su carrera.

Aquí las presento con un breve contexto en cada una, para que, cualquier persona, pueda impulsarlas e integrarlas en su mundo emocional. El resultado será una vida con mayor equilibrio, menos estrés, resiliencia y antifragilidad y bienestar físico, mental y espiritual.

1. Autoconocimiento

Comprender nuestras propias emociones es el primer paso hacia la madurez emocional. De hecho, Daniel Goleman, difusor masivo de la Inteligencia Emocional, la pone en primer lugar dentro de los cinco campos de tu teoría.

Se trata de identificar con más precisión qué sentimos y por qué sentimos es esencial para el desarrollo personal. Esta función, que la biología y sociología llaman “labeling” (etiquetado) permite reconocer en segundos qué sentimos, y cómo podemos reconducir esa emoción hacia una más funcional para lograr el estado interno deseado.

Tip práctico: Crea un diario emocional. Anota tus sentimientos y reflexiona sobre tus subidas y bajadas emocionales cada día. Registra las ‘etiquetas’ emocionales, para poder identificarlas más rápido en el futuro.

2. Autogestión

La capacidad de gestionar nuestras emociones -es decir, saber qué hacer en cada caso, lo mejor posible- determina cómo respondemos ante el estrés y la presión. Mantener la calma ante la adversidad es un arte que se mejora con práctica.

Tip práctico: Cuando transites una situación estresante, toma pausas conscientes para respirar profundamente y centrar tus pensamientos. Te llevará menos de un minuto. Pregúntate: ¿Qué me sucede internamente? ¿Es una emoción placentera o displacentera? ¿Qué movimiento consciente puedo hacer si quiero salir este estado?

3. Motivación intrínseca

La pasión interna supera cualquier incentivo externo. Si logras encontrar lo que te impulsa y usarlo como combustible para perseguir tus metas y aquello que te acerca al bienestar, vas a encontrar los buenos motivos para encarar cada día.

Tip práctico: Establece metas personales que te apasionen y celebra los pequeños logros en el camino hacia ellas. No se trata de tener metas ambiciosas y desproporcionadas, sino de trazarte mini-metas con foco en el objetivo mayor final.

4. Empatía

Entender lo que sienten los demás es clave para la conexión humana. La empatía va más allá de la comprensión cognitiva; es sentir con el corazón y aprender a correrme de mi lugar -mi ombligo- para buscar conectar con el mundo de las demás personas.

Tip práctico: Practica la escucha activa en tus conversaciones, esforzándote por entender realmente la perspectiva del otro. También, mantener contacto visual, evitar distracciones y tener presencia para estar aquí y ahora en la situación.

5. Autoliderazgo relacional

Guiarte a ti mismo en tus relaciones tanto personales como profesionales, significa ser consciente de cómo tus palabras y acciones afectan a otros, y cómo las relaciones afectan tu rendimiento.

También, es importante que observes tus sensaciones y pensamientos al relacionarte: ¿te acercan o alejan de las personas y resultados que anhelas? ¿Eliges determinado tipo de gente porque te resulta mas fácil, y esquivas los desafíos?

Tip práctico: Aquí sugiero que trabajes tu mente consciente, que es la que ejecuta las acciones, y que desarrolles la destreza de adaptarte y flexibilizarte lo suficiente para relacionarte de forma óptima con todo tipo de personas. También puedes fomentar el feedback bidireccional en todas tus relaciones para construir entendimiento y confianza mutuos.

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6. Resiliencia Emocional

La resiliencia es la capacidad de hacer frente a la adversidad, “rebotar” le llaman en la ciencia. Aceptar y aprender de los desafíos de la vida nos vuelve más fuertes, y también más sabios.

Tip práctico: Desarrolla un anclaje emocional interno, íntimo y personal; por ejemplo, visualizándote en ese momento en un entorno de tranquilidad, calma o claridad -es decir, cualquier cualidad que desearías tener presente al instante-.

Luego, proyecta tu imagen de autoconfianza y seguridad para afrontar lo que se presenta. Asocia ese paisaje con el bienestar que sentirás al sentir que ya cuentas con los recursos necesarios para transitar lo que estás viviendo. Así, mediante este ancla en tu mente subconsciente -donde se estimulan las emociones y sentimientos-, cuando tengas momentos difíciles inmediatamente pondrás en primer plano tu fortaleza y capacidad de superación.

7. Mentalidad Optimista/Realista

Hace unas dos décadas que practico este tipo de mindset, enfocado en:

a) Aceptar las cosas que no puedo cambiar.

b) Sostener internamente una visión optimista de las situaciones de la vida, sin negar la realidad. Esta perspectiva nos predispone mejor para superar desafíos y gestionar eficazmente las decepciones y el fracaso.

Tip práctico: Ante los desafíos, busca el equilibrio entre el optimismo y la evaluación realista de la situación. Además, no supongas: verifica la información, datos, y no te quedes sólo con sensaciones, que pudiesen ser engañosas. La intuición es una herramienta extraordinaria para guiarte, más que la mente, que suele orientarnos hacia el pensamiento catastrófico.

Aquí va un ejercicio sencillo: toma una hoja de papel, haz dos columnas: a la izquierda anota y descarga toda tu ira, frustración y decepción en una lista de palabras crudas y fuertes respecto a lo que estás sintiendo. A la derecha, obsérvate más profundamente, y empieza a escribir cualquier aspecto que sea mejor que los que anotaste antes. Es decir, empieza a tender puentes entre los dos hemisferios cerebrales para formatear una nueva percepción, sin negar lo cruento que puedas estar viviendo. De esta forma, estarás influyendo más contributivamente con la situación, en lugar de quedarte estancado en la columna izquierda.

8. Gestión del estrés

En el tiempo acelerado que vivimos en el mundo, aprender a regular el estrés es para la salud mental y física, así como para el rendimiento óptimo. Básicamente, el diseño del mundo actual nos lleva a la vertiginosidad, si es que quieres elegir esto para tu vida.

La buena noticia es que se puede auto-regular, tomar medidas para reducir el impacto del estrés negativo (porque hay un estrés positivo, aquel que te impulsa, que te desafía y que te reta a mejorar tanto como quieras, todo a su medida).

Tip práctico: Hay varias disciplinas que pueden ayudarte a regular el estrés, partiendo del trabajo de toma de consciencia: no funciona si no lo practicas. El mindfulness sencillo de introducir en la rutina cotidiana, el yoga practicado con continuidad, y el Tai-Chi para mejorar el enfoque y la energía vital, ayudan a centrar la mente, reducir la tensión, aprender a respirar profundamente, descargar las toxinas que se producen por el estrés, y a que el cuerpo baje su adrenalina. ¿Objetivos? Clarificar la mente y emociones, y obtener un estado sostenible de paz y equilibrio interior.

9. Adaptabilidad

En la mayoría de los artículos científicos desde el 2020 en adelante aparecen dos factores esenciales de Inteligencia Emocional: adaptabilidad y flexibilidad.

Esto tiene un motivo en particular, y es que cualquier persona puede cambiar, si así lo decide y se entrena para ello. Se pueden cambiar pensamientos, comportamientos, y hasta desafiar lo que parecía inmutable en la vida de esa persona.

Para esto, hay una función del cerebro que ayuda de gran manera: la neuroplasticidad, que nos enseña la maleabilidad para amoldarse según las circunstancias. Sí, el cerebro es, por naturaleza, flexible y adaptativo. De hecho, se han estudiado dos características básicas en las personas: aquellas de Mentalidad fija versus Mentalidad de crecimiento, como en las investigaciones de Carol Dweck, profesora de psicología de la Universidad de Stanford.

Por lo tanto, para el desarrollo de una Inteligencia Emocional Múltiple, la flexibilidad es fundamental, ya que vivimos en un mundo en constante cambio. Esta adaptabilidad nos permite ajustarnos y avanzar ante nuevas circunstancias.

Tip práctico: Experimenta con nuevos enfoques y salidas creativas en tu vida cotidiana para fortalecer tu adaptabilidad. Como ejemplo, piensa al menos tres soluciones por cada dificultad que no sabes aún cómo resolver: verás cómo aparecen casi mágicamente alternativas que antes no habías observado. Esta capacidad la poseemos todas las personas, si desean utilizarla.

10. Gestión de la frustración

El décimo ámbito de la Inteligencia Emocional Múltiple tiene que ver con la gestión más asertiva de la insatisfacción y la decepción con gracia es una habilidad crítica. Cuando te entrenas en evaluar qué aprendizaje podemos extraer de lo que nos frustra, inconscientemente es factible elegir dejar de sufrir (porque es posible frustrarnos sin sufrir); si lo haces, te permite seguir adelante con determinación.

Tip práctico: Reenfoca los contratiempos como oportunidades de aprendizaje, no como obstáculos insuperables. Nutrirte de historias diversas de superación de situaciones límites que encuentras en libros, charlas, cursos, podcast e Internet en general, puede ser un punto de partida excelente para ver qué puedes tomar de la otra persona, y aplicarlo en ti.

¿Por dónde empezar?

Ahora mismo, donde estés y cómo estés, practica uno a uno estos puntos. Puedes proponerte hacerlo a consciencia de a un paso a la vez. Una vez que incorporarte un aspecto, pasas al siguiente.

Este es un proceso en el que necesitas invertir tiempo. Con entrenamiento y disciplina, ampliarás tu abanico emocional y te conducirás con mayor entereza frente a los avatares de la vida.

Estas Inteligencias Emocionales Múltiples, nos ofrecen no solo una visión, sino una metodología para alcanzar una honestidad emocional contigo. Es desarrollar un camino hacia la maestría emocional.

Un camino de descubrimiento, crecimiento y, al final, obtendrás una profunda satisfacción personal y profesional.