La inversión en el capital intelectual de nuestras organizaciones mediante cursos y capacitaciones es un beneficio que impacta de forma positiva el trabajo de nuestros empleados.
El contexto actual del sector de negocios la globalización, los avances tecnológicos y la oferta de información forman parte importante de los procesos de nuestras organizaciones.
Por eso, los empresarios estamos obligados a buscar oportunidades para fortalecer nuestras compañías y reflexionar sobre uno de los activos más importante con el que cuentan nuestras organizaciones: el capital intelectual.
Es decir, el conocimiento de los empleados es muy valioso en cualquier empresa u organización. Por eso, la inversión, la innovación y el desarrollo profesional aporta un valor significativo a las empresas, potencia las habilidades y motiva a los colaboradores.
Capacitación empresarial: una inversión necesaria y muy rentable en toda compañía
El estudio ‘Adaptabilidad laboral post-pandemia en México’ de OCCMundial muestra que en México lograr crecimiento y desarrollo profesional se ubica como la primera causa de motivación entre los colabores, incluso por encima de la estabilidad laboral y económica. Por el contrario, la falta de crecimiento y desarrollo profesional, así como el poco interés de las empresas en el bienestar de sus trabajadores, se perciben como los principales elementos que afectan el estado anímico de nuestros empleados.
Entonces, si en las empresas invertimos en recursos materiales y en infraestructura, ¿por qué no hacerlo en las capacidades de nuestro personal para generar conocimiento e innovar?
Todas las organizaciones luchan por contratar el mejor personal, pero en este mundo competitivo, las organizaciones que deciden invertir en el desarrollo del capital intelectual son las que terminan convirtiéndose en el modelo a seguir gracias a la capacidad de los colaboradores y al ambiente organizacional positivo que esto genera.
En Slang creemos que, al invertir en la formación de los equipos, permitimos a nuestros empleados crecer junto con nuestros negocios. Por ello, a través de nuestra oferta de servicios buscamos fortalecer el capital intelectual.
Debemos tomar en cuenta que probablemente muchos de nuestros colaboradores tengan deseos de perfeccionar sus habilidades y conocimientos o de adquirir nuevas capacidades, pero que el tiempo que dedican a sus labores diarias se los impide.
En este sentido, la inversión en el capital intelectual de nuestras organizaciones mediante cursos y capacitaciones es un beneficio que impacta de forma positiva el trabajo de nuestros empleados.
Blockchain aplicado a capital humano: no solo el jefe es quien manda
A continuación, tres elementos básicos para cumplir con esta tarea:
Compartir el conocimiento y no privatizarlo. Es decir, mientras más colaboradores sean capaces de realizar una actividad, mayor la probabilidad de que se apoyen los unos a los otros en distintas tareas y de que una acción se realice sin problema aún con la ausencia de un miembro del equipo.
Un buen ejemplo de esto es que los colaboradores puedan enseñarles a sus compañeros lo que aprendieron previamente, incluso de manera teórica.
A medida que los programas de capacitación y desarrollo avancen, identificaremos nuevas deficiencias y oportunidades de acción entre nuestros colaboradores.
En resumen, existen distintas maneras para atender las necesidades de los colaboradores y tener empleados más comprometidos y motivados. Por lo que, para formar equipos capaces de desarrollar procesos de mejor calidad, que cuenten con una mejor valuación de capital intelectual, debemos aprovechar cualquier oportunidad de formación y aprendizaje.
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