Los hackers utilizan varios tipos de malwares para robar información y recursos de los internautas. Algunos son los famosos troyanos. Sin embargo es mejor que conozcas a otros cinco bastante bastante populares entre los cibercriminales.
Los smartphones, tablets y computadoras son herramientas esenciales actualmente, por esto, vigilar la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad. Uno de los mayores riesgos son los malwares. Este término se usa para hablar sobre programas software maliciosos diseñados para dañar, robar o infiltrarse en sistemas informáticos.
Entender cómo actúan y cuántos tipos de “virus” existen es crucial, no solo para proteger nuestros dispositivos y datos, sino también para salvaguardar la integridad de las redes.
Según Karspersky, la palabra “malware” es una contracción de “software malicioso”. Este es un programa intrusivo diseñado intencionadamente para causar daños en ordenadores y sistemas informáticos.
“Los malwares pueden introducirse en una red a través de phishing, archivos adjuntos maliciosos, descargas maliciosas, ingeniería social o unidades flash”.
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Fortinet informó que durante 2023 los intentos de ciberataques crecieron 35 por ciento con respecto a 2022. Esto destaca un aumento de las actividades criminales en varios sectores.
“Se bloquearon 3 mil millones de entregas de malware cada día. La cifra pone de relieve la amenaza constante que representa el software malicioso”.
Sin embargo, es necesario entender que los ingenieros en sistemas no son los únicos que tienen la obligación de proteger a los dispositivos digitales, las personas sin conocimiento especializado también lo pueden hacer. El primer paso para lograr este cometido es informarse respecto a los tipos de malwares que ponen en peligro la seguridad de cualquier internauta.
El adware es una contracción de las palabras “software respaldado por publicidad“. Su objetivo es desplegar muestra publicidad no deseada y, a veces, maliciosa en la pantalla de una computadora o dispositivo móvil.
Además, redirige los resultados de búsqueda a sitios web publicitarios y captura datos del usuario que pueden venderse a los anunciantes sin su consentimiento.
El software espía es una forma de malware que se esconde en los dispositivos, monitorea la actividad y roba información confidencial como datos financieros, información de cuentas, inicios de sesión y más. El spyware puede propagarse aprovechando las vulnerabilidades del sistema o llegar por medio de troyanos.
El ransomware es un malware diseñado para bloquear a los usuarios fuera de su sistema o negar el acceso a los datos hasta que se pague un rescate. En pocas palabras, gracias a este programa los hackers tienen el poder de secuestrar tu información.
Por otro lado el criptomalware es un tipo de ransomware que cifra los archivos de los usuarios y requiere el pago en una fecha límite específica. A menudo, estas transacciones se llevan a cabo utilizando Bitcoin.
El ransomware ha sido una amenaza persistente para organizaciones de todos los sectores desde hace muchos años. A medida que más empresas adoptan la transformación digital, la probabilidad de ser blanco de uno de sus ataques ha aumentado.
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Un troyano (o caballo de Troya) se disfraza de software legítimo para engañar a los usuarios de un equipo y ejecutar un programa malicioso en la computadora.
Debido a que parece confiable, los usuarios lo descargan, permitiendo sin darse cuenta que el malware ingrese a su dispositivo. Los propios troyanos son una puerta de entrada.
Una vez que se instala un troyano en un dispositivo, los cibercriminales pueden usarlo para eliminar, modificar o capturar datos, o inclusive unir a tu PC a una red zombi.
Uno de los tipos más comunes de malware son los gusanos. Estos se propagan a través de las redes informáticas y aprovechan las vulnerabilidades del sistema operativo.
Un gusano es un programa independiente que se replica para infectar otras computadoras sin requerir la acción de nadie. Los worms se utilizan a menudo para ejecutar una carga útil, que es un fragmento de código creado para dañar un sistema. Esto gracias a su capacidad de propagarse rápidamente.
Las cargas útiles pueden eliminar archivos en un sistema, cifrar datos para un ataque de ransomware, robar información, eliminar archivos y crear redes zombis.
Un keylogger es un tipo de software espía que monitorea la actividad del usuario. Los registradores de teclas se pueden utilizar en el día a día. Por ejemplo, existen familias los utilizan para realizar un seguimiento de la actividad en línea de sus hijos.
Sin embargo, cuando se instalan con fines criminales, los keyloggers son usados para robar contraseñas, información bancaria y otros datos confidenciales. Los keyloggers se pueden insertar en un sistema mediante phishing, ingeniería social o descargas maliciosas.