La poca participación de las mujeres en trabajos, puestos de liderazgo y carreras tecnológicas es un asunto cultural, coinciden especialistas.
La poca presencia de mujeres en carreras y empleos relacionados con las telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (TIC) no es carencia de talento, sino un tema cultural, la falta de apoyo institucional y los obstáculos que ponen las empresas.
De acuerdo con María Elena Estavillo, excomisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) en México, en promedio sólo 30% de los puestos de trabajo relacionados con telecomunicaciones están ocupados por mujeres.
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De 2011 a 2017 iba en declive el porcentaje de trabajadoras en estas áreas, y aunque en los últimos trimestres se recuperó, no es suficiente para revertir la tendencia, indicó la también presidenta de la organización Conectadas.
Tanto niños como niñas tienen interés por las matemáticas, la mecánica y las materias relacionadas con ingenierías, pero son los tabúes que se refuerzan en la familia, la escuela y los medios de comunicación los que van encausando a los hombres hacia un lado y a las mujeres a otro, apuntó Estavillo.
“En el mercado de la industria de las telecomunicaciones y la radiodifusión y las tecnologías, todavía es menor la participación de las mujeres, es de los mercados laborales más masculinos que hay; hay muchas menos mujeres que en otras actividades”.
Además; estimó, son pocas las mujeres trabajando en estas áreas, cuando se voltea a mirar las jerarquías, se va reduciendo su presencia, y es así como dentro de las empresas hay pocas mujeres dentro de áreas estratégicas, en puestos directivos, donde se toman las decisiones.
Por su parte, Andrea Escobedo, vicepresidenta Nacional de Inclusión y Diversidad de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la información (Canieti), coincidió en que no es la falta de talento, sino la falta de esquemas para el desarrollo de las mujeres.
“Hay ciertos tabúes, ciertas limitación estructurales que son heredadas por las familias en las que a lo mejor las niñas no tienen el mismo acceso a ejemplos a seguir en áreas de tecnologías y de ciencias”, dijo.
En las empresas, sobre todo de tecnología, si el rol de las mujeres solo se limita a ser consumidora, es incluso peligroso para el desarrollo tecnológico y de este tipo de soluciones que están disponibles, señaló Escobedo.
El estudio de la Organización del Trabajo (OIT): “Las mujeres en la gestión empresarial: argumentos para un cambio”, revela que las mujeres están ampliando también sus competencias en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), disciplinas muy demandadas por los empleadores; sin embargo, los hombres siguen dominando estos ámbitos de estudio.
“Dada la concentración tradicional de mujeres en determinados sectores del mercado de trabajo, ellas siguen siendo minoría con respecto a los hombres en la ingeniería y la tecnología, disciplinas que también se prevé que estén muy solicitadas en el futuro”, según el informe.
En ese sentido, la OIT considera preciso que las empresas favorezcan la presencia de mujeres en disciplinas como la tecnología y la ingeniería, y los ámbitos profesionales correspondientes, para prevenir la segregación por sexos desde edades tempranas y combatir una futura escasez de competencias.
La investigación confirma también la aseveración de María Elena Estavillo, pues señala que cuanto más alto sea el nivel del puesto en una empresa, menos probabilidades hay de que sea una mujer quien lo ocupe, un fenómeno conocido como “la fuga de mujeres en el escalafón corporativo”.
Otro punto importante es el denominado fenómeno de “las paredes de cristal”, o de la segregación profesional dentro de las funciones directivas de una empresa, ya que la concentración de mujeres en puestos directivos de nivel intermedio y superior suele darse en determinadas áreas funcionales de la empresa: recursos humanos, finanzas y administración; marketing y ventas.
En contraposición, los hombres predominan más en áreas como operaciones, investigación y desarrollo y contabilidad, consideradas más estratégicas para las compañías y que, a menudo, pueden suponer un trampolín hacia puestos de mayor rango.
María Elena Estavillo dijo que en México se necesitan más mujeres que estudian ingenierías y carreras relacionadas con las tecnologías y las ciencias, pero no es un trabajo solo de atraerlas a estas disciplinas, sino de atacar un problema cultural que las aleja.
“Los profesores, desde las universidades, van ahuyentando a las mujeres; sí hay en general ambientes hostiles para la participación de las mujeres, por lo que terminan dedicándose a otra cosa, cambian de carrera o se gradúa pero luego ya no trabajan en ese medio porque sí hay ambientes hostiles”.
Por ello, señaló, se requiere mucha sensibilización, capacitación para identificar esas conductas, pues muchas personas lo hacen de una manera inconsciente y con el tiempo se hace natural que solo lo pueden ver las mujeres afectadas.
“Es una carga muy grande para las mujeres que se están desarrollando como estudiantes, luego como profesionistas; se van enfrentando todos los días a estos comportamientos sutiles, pero hostiles…tenemos mucho qué hacer para crear ambientes que permitan que las personas se desarrollen en sus trabajos sin tener que adoptar roles tradicionales”.
Estavillo sostuvo que en la sociedad mexicana existe una cultura tradicional donde las mujeres absorben las responsabilidades familiares como el cuidado de los hijos, ancianos, así como de personas que requieren atención especial, y no hay apoyo institucional para conciliar todas estas demandas.
Mencionó que uno de los problemas que enfrentan las mujeres al momento de buscar trabajo, por lo que consideró necesario que ya no se coloque el sexo o fotos en las solicitudes de empleo, además, si es posible, evitar las entrevistas.
“Lo que se ha ido entendiendo es que las entrevistas propician a que se busque a otra persona como ellos; si un hombre es el que entrevista va a tener empatía con otro hombre y más si tiene los mismos gustos, la misma edad, alguien que se parezca más a él”.
Si el que entrevista es un hombre, las mujeres la tiene más difícil para poder aprovechar las oportunidades de empleo y de ascenso dentro de las instituciones, refirió.
No obstante, reconoció que hay mujeres que logran brincar las barreras que se presentan en el hogar, en escuelas, en entrevistas de trabajo, pero lo más difícil empieza cuando ingresan a la empresa y donde inicia otra carrera de obstáculos.
“Cada vez que hay oportunidad para subir de puesto, dirigir un proyecto, hacer una presentación ante los jefes, una negociación, donde podrían poner en práctica sus capacidades y demostrar sus habilidades, también se les relega y se van acotando todas tus capacidades de crecimiento y se van quedando atrás”.
También apuntó que hay compromisos fingidos por las empresas para lograr equidad, por lo que llamó a tomar en serio una estrategia que incluya un diagnóstico sobre esta situación y establecer un plan de trabajo con todos los aspectos que se detecten para obtener resultados.
Todos coinciden en que es necesaria una mayor participación de las mujeres en el sector tecnológico, pero para ello se requiere del apoyo de todos los sectores, desde el hogar, la escuela, la sociedad y las empresas.