Una ponente del simposio del MIT SMR habló sobre los riesgos del estrés entre los colaboradores y la diferencia entre autoeficacia y autoestima.
El bienestar de los colaboradores es una cuestión urgente: El estrés y el agotamiento están limitando el compromiso de los trabajadores y expulsando a los empleados con talento.
Pero Gabriella Rosen Kellerman y Martin Seligman, coautores del libro Tomorrowmind, han identificado cinco habilidades que pueden ayudar a las personas a prosperar en entornos de trabajo dinámicos, incluso en los que están especialmente llenos de presión.
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Durante Work/23, un simposio del MIT Sloan Management Review celebrado en mayo de 2023, Kellerman y Seligman explicaron que utilizan el acrónimo PRISM para referirse a esas cinco habilidades.
Empieza con la prospección, la capacidad de imaginar nuestras opciones, planificar el futuro y restaurar nuestra agencia, que Kellerman describió como “la metahabilidad de nuestra era“.
Las otras son la resiliencia, la innovación, la conexión social y la importancia. Según los coautores, todas ellas pueden aprenderse, y los directivos pueden ayudar a sus colaboradores a hacerlo.
El trabajo de Kellerman y Seligman se basa en una investigación fundamental que Seligman llevó a cabo con el ejército de Estados Unidos para comprender qué soldados corren más riesgo de sufrir un trastorno de estrés postraumático.
Descubrió que las personas con un pesimismo extremo son las más vulnerables. Su investigación también descubrió que los soldados que demuestran una alta emoción positiva, una baja emoción negativa y un alto optimismo el primer día están mejor posicionados para resistir sus entornos e incluso llegan a recibir medallas al heroísmo.
“Llevo 60 años trabajando en psicología sobre la resiliencia. Las personas que eran invulnerables, que son resilientes, son los optimistas”, afirma Seligman.
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La resiliencia se basa en la autoconciencia y la autocompasión, explicaron. “La regulación emocional es, en cierto modo, la habilidad fundamental para madurar como adulto”, señaló Kellerman.
“Es nuestra capacidad para reconocer nuestras emociones, hacer una pausa en respuesta a ellas, reevaluarlas y elegir una respuesta”. Esa respuesta, añadió, idealmente procede de un lugar reflexivo y centrado, más que de un lugar emocionalmente reactivo.
Kellerman y Seligman no pudieron responder a todas las preguntas de los asistentes al evento Work/23, así que Kellerman responde a algunas de ellas a continuación.
La autoeficacia es la creencia en nuestra propia capacidad para actuar de la forma necesaria para alcanzar nuestros objetivos. Construimos la autoeficacia al ser testigos de nuestros propios éxitos a medida que adquirimos dominio en ámbitos específicos.
Muchas décadas de estudios han demostrado la relación positiva entre la autoeficacia y el bienestar y los logros.
Por el contrario, la autoestima es un constructo menos sólido y puede estar falsamente inflado. Puede o no estar relacionada con los logros reales. Como ha demostrado nuestro colega Roy Baumeister, la autoestima no predice el rendimiento ni el bienestar.
Las personas con un alto grado de autoeficacia pueden no parecer seguras ante los demás, y las personas que sí parecen seguras pueden o no tener un alto grado de autoeficacia. La confianza se convierte en un rasgo negativo cuando es falsa o narcisista, pero ninguna de las dos características se aplica a la autoeficacia.
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Sí. El pesimismo es una característica común de la depresión y un factor de riesgo significativo para el suicidio. Véase, por ejemplo, “An Examination of Optimism/Pessimism and Suicide Risk in Primary Care Patients: Does Belief in a Changeable Future Make a Difference?“.
La catastrofización, una forma extrema de pesimismo, predice el riesgo de TEPT. También se ha demostrado que la catastrofización tiene una relación causal con la gravedad del TEPT; véase “La relación secuencial entre los cambios en la catastrofización y los cambios en la gravedad de los síntomas del trastorno de estrés postraumático“.
Esto varía de una persona a otra. Para los que tengan poca resiliencia, empiecen por ahí. En concreto, hay que centrarse en las cinco habilidades siguientes que impulsan la resiliencia: regulación emocional, autoeficacia, agilidad cognitiva, autocompasión y optimismo.
¿Con cuál de las cinco te sientes menos cómodo? Infórmate sobre ella y busca formas de aplicarla en tu día a día.
Nuestro libro, Tomorrowmind, incluye ejercicios para desarrollar cada una de ellas en el capítulo 4. Para quienes ya se sientan resilientes, elijan otro de los poderes PRISM (prospección, resiliencia, innovación, apoyo social e importancia) para empezar.
Nota del editor: Kellerman y Seligman también exploran los elementos de PRISM en su reciente artículo del MIT SMR “Reimagining HR for Better Well-Being and Performance“.
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Todas estas habilidades pueden enseñarse y desarrollarse. Las mejores formas de formación son personalizadas y longitudinales e incluyen una mezcla de aprendizaje y práctica. Los expertos humanos, como mentores o coaches, son un recurso ideal, siempre que estén disponibles.
Puede empezar con experiencias en grupos grandes, como presentaciones o talleres, pero no se detenga ahí. Enseñe estas habilidades a los directivos y enseñe a éstos a enseñarlas a sus subordinados.
Busque formas de integrar en su cultura prácticas que desarrollen estas habilidades. Todas ellas requieren práctica a lo largo del tiempo para ser sostenibles.
Gabriella Rosen Kellerman es directora de innovación de BetterUp y coautora de Tomorrowmind: Thriving at Work With Resilience, Creativity, and Connection – Now and in an Uncertain Future (Atria Books, 2023).