Los esquemas Ponzi o piramidales constituyen las formas más frecuentes de estafas dentro del blockchain
Jorge Suárez
Las criptomonedas funcionan como un sistema directo de registro de transacciones, a través del cual miles de computadoras deben cumplir ciertas reglas al verificar y autorizar la existencia de valor, el cual deben enviar a un destino seguro.
En esencia, las criptomonedas tienen una cualidad universal, no requieren que las adopte o respalde un Banco Central, y tampoco necesitan que algún organismo intervenga en su desarrollo, sin embargo, en la actualidad hay grupos y organizaciones que las monitorean, explica Ricardo Cacho García, director general de Control Procedimental en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en México.
Cacho participó en el Microtaller de MIT SMR en Español sobre Activos Virtuales, un universo de activos que se encuentran en el mundo digital con diversas funciones. Para él, la respuesta para prevenir fraudes con criptomonedas es la educación, la cual no debe correr por cuenta individual sino que debe incluir a todos los actores de la sociedad.
“El dominio del tema por parte de la sociedad y los gobiernos permitirá, en el corto o mediano plazo, que los activos virtuales, entre ellos, las criptomonedas, puedan usarse con total normalidad, como si de servicios cambiarios o bancarios se trataran”, dice.
Modus operandi de los fraudes con criptomonedas
En la actualidad, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), además varios países como Israel, y otros grupos, están encontrándose con esquemas de fraudes piramidales y Ponzi, siendo este último un modo de estafar a inversores que se popularizó en 1920, el cual consiste en pagarle a los más antiguos con el fondo de los inversores nuevos.
Este tipo de estafa no ha perdido vigencia, pues incluso dentro del blockchain se están detectando algunos casos, en los que los estafadores solo “venden” promesas de multiplicar fondos, pero a medida que pasa el tiempo dan cientos de pretextos y finalmente se quedan con el dinero.
“(Los estafados) solo saben que (las criptomonedas y los activos virtuales) son una reserva de valor que está generando muchísimas ganancias para muchas personas y al tener esa información, buscan activamente participar de alguna forma y caen en manos inescrupulosas que ofrecen algo que suena igual, que parece lo mismo, pero no es igual, es puro aire”, agregó Jorge Guerrero, Director Editorial de MIT SMR en Español.
Los inversores de criptomonedas no están solos
En este contexto, es preciso decir que actualmente, hay varias instituciones trabajando a escala internacional para tratar todo lo relacionado con el ecosistema del blockchain, y poder conservar estable el sector de los Activos Virtuales, entre ellas está la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el GAFI, el cual posee un grupo especializado conocido como Virtual Asset Contact Group (VACG, Grupo de Contactos de Activos Virtuales).
Fue a través de este grupo que se impulsaron 40 recomendaciones para prevenir el lavado de dinero y otros delitos financieros. La número 15 se reformuló recientemente para que los Activos Virtuales fueran considerados como parte del mundo regular en los países y de quienes tengan participación en el ecosistema.
Cabe mencionar a los intermediarios del ecosistema de activos virtuales, descritos por el GAFI como los VASP (siglas de Virtual Asset Services Providers, o proveedores de servicios de activos virtuales); en este contexto, los VASP participan en el ecosistema como casas de cambio y cajeros automáticos.
También entran en esta categoría de Entidades de Activos Digitales, estos pueden ser instituciones financieras, incubadoras, o sitios de juego que utilizan activos virtuales sin ser clasificados como instituciones financieras.
Al principio, comenzaron tratando las criptomonedas y ahora gestionan temas relacionados con los NFT. Entre sus funciones está el análisis de su funcionamiento, las consecuencias de su uso, e incluso, elaboran manuales para saber cómo lidiar con este tipo de activos en temas de financiación ilícita, criminalidad, lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y por supuesto evasión fiscal.
A todos estos se suman otros organismos que monitorean y dictan políticas sobre activos virtuales para contribuir con el ecosistema, como lo son: el sector hacendario, CNBB, La WI, El Poder Judicial, El Consejo de la Judicatura, Unidad de Banca y valores, Embajadas de París, CBB, ONU, y el Banco de México.
Lo que muchos delincuentes virtuales ignoran es que blockchain deja huellas hasta del mínimo movimiento que ocurre en los servidores y que existen programas para el rastreo de transacciones (follow of money) con el fin de descifrar delitos y encontrar quién se está beneficiando ilegalmente, para así resarcir a la víctima.
Los organismos a los que les compete estas funciones no sólo investigan, sino que también extienden ese conocimiento para que la sociedad pueda educarse sobre el empleo de criptomonedas, entre los que se pueden mencionar se sabe que existen despachos trasnacionales y firmas internacionales que brindan asesoría.