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Mayín, la recién nacida que hoy dirige la casa hogar donde creció

Vladimir Alcántara 11 Dic 2023
Mayín, la recién nacida que hoy dirige la casa hogar donde creció La hermana Mayín. (Miguel Ávila / Desde la fe)

María del Carmen llegó a una casa hogar a los 15 días de nacida. En este lugar creció y aprendió a compartir con los demás. Hoy, a sus 60 años es la Superiora del lugar y fomenta el amor entre los niños que llegan.


Han transcurrido 60 años desde el día en que las Religiosas de la Divina Providencia e Hijas de María recibieron en su casa hogar a Mayín.

A los 15 días de recién nacida llegó junto con su hermano de dos años. Sus papás los llevaron ahí y los dejaron con la promesa de que un día regresarían.

La hermana María del Carmen, Mayín, como es conocida la actual superiora de dicha comunidad.

Ella olo recuerda haber tenido una infancia muy feliz al lado de su hermanito, bajo los cuidados de las religiosas de aquella época en que la comunidad sufría fuertes carencias económicas.

“Tenía yo unos 8 años”, platica, “cuando empecé a darme cuenta de la manera en que las madres se desvivían por nosotros y por todos los demás niños; y a cobrar conciencia de que también existía un mundo allá afuera. No era que no saliera. Era que empezaba a entender la realidad”.

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Cuenta que su hermano creció y fue llevado a una casa hogar para niños un poco más grandes. Y ella se quedó ahí, sintiendo el deseo de ser como esas religiosas.

“Por una parte”, dice, “el matrimonio me sonaba bien; más porque tenía suerte con los muchachos y me hicieron varias propuestas de noviazgo. Por otra, iba creciendo en mí un deseo imposible de cumplir dentro de la comunidad en la que vivíamos, ir a Disneylandia”.

Fue a los 15 años cuando lo decidió: dejó a un lado su sueño de ir al parque de diversiones y dio por cancelada la idea del matrimonio, a fin de integrarse formalmente a la comunidad de religiosas.

“Por más que tenía una vida plena”, señala la hermana Mayín, “siempre me preguntaba por mis papás: ¿quiénes eran?, ¿cuáles serían mis raíces?, ¿de dónde vendría yo?, ¿por qué me habrían dejado? Jamás sentí hacia ellos un rencor, pero eran cosas que me venían a la cabeza”.

Un sueño cumplido

Como la hermana Mayín sabía de las condiciones de pobreza en que muchos papás llegaban a dejar a sus hijos a la casa hogar, suponía que esa había sido la razón por la que la habían dejado ahí junto con su hermanito.

A los 21 años la enviaron a Tijuana, a un congreso de Pastoral Vocacional, al que pudo asistir gracias a un señor que tenía mucho dinero y se hizo cargo de los gastos.

Cuando terminó la semana del congreso, aquel señor les dijo que pidieran permiso para quedarse un día más, pues las llevaría a conocer un lugar, y como estaba muy lejos, tendrían que levantarse a las cinco de la mañana.

“Apenas subí al coche, me quedé dormida. Cuando llegamos, el señor nos dijo que despertáramos. Abrí los ojos y vi una cosa maravillosa que me hizo llorar de alegría: ¡Estábamos en Disneylandia! No podía dejar de llorar. El señor nos dio dinero para comprar lo que quisiéramos. Compramos recuerdos para nuestras hermanas. Y a mí que me encanta sacar fotos, me regaló seis rollos para tomar cuantas quisiera”.

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Dedicar una vida al cuidado infantil

Hasta la fecha, la hermana Mayín les suele decir a los niños de la casa hogar, que actualmente lleva el nombre de ‘Instituto Pro-Niñez Mexicana’, que con fe todo es posible.

“Si tenemos un sueño, si lo deseamos con todo el corazón y se lo pedimos a Dios, un día, en el momento más inesperado, Él nos pone la oportunidad para alcanzarlo”.

Actualmente, la casa hogar de las religiosas alberga a 85 niños, que son atendidos por sólo cinco religiosas, contando a la hermana Mayín, quien desde hace 3 años es la Superiora.

“Cinco son los dedos de una mano: cada dedo es diferente al otro, cada dedo cumple una función distinta, pero al cerrarse la mano se hace mucha fuerza y se pueden lograr muchas cosas”. Es algo que la hermana Mayín siempre repite.


Nota de la editora: Este contenido forma parte de la alianza editorial el Pacto entre Medios impulsada por la asociación A favor de lo mejor, que integra a más de 27 medios de comunicación, universidades, empresas, organizaciones, así como plataformas digitales con el objetivo de compartir historias de mexicanas y mexicanos que buscan inspirar un cambio positivo.

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