Prestar atención a las métricas correctas y factores de riesgo te ayudará a sortear los peligros durante las cuatro fases del desarrollo de tu ecosistema.
Las empresas que instauran o se unen a ecosistemas de negocios exitosos (grupos dinámicos de actores económicos que trabajan juntos para ofrecer soluciones a sus clientes) pueden obtener enormes beneficios. En la fase inicial, un ecosistema emplea habilidades externas que resultan demasiado costosas o cuya implementación es muy lenta para una sola empresa.
Una vez arrancan, los ecosistemas pueden escalar rápidamente porque su estructura modular facilita la integración de socios. Además, son muy flexibles y resistentes: el modelo permite varias formas y una gran capacidad de evolución. Sin embargo, existe una verdad oculta e inconveniente: en nuestra investigación pasada descubrimos que menos del 15% se sostienen a largo plazo.1
Las semillas del fracaso se cultivan temprano. Esta vez, analizamos más de 100 ecosistemas fallidos y descubrimos que los errores estratégicos en su diseño explicaron 6 de los 7 errores más comunes. No sólo eso, pueden pasar años antes de que estos errores sean evidentes, sumando pérdidas acumuladas en tiempo, esfuerzo y dinero invertidos.2
Miremos a Google y sus varios intentos por establecer redes sociales. Invirtió ocho años en Google+ antes de eliminar el servicio en 2019, entre otras cosas, debido a su modelo de seguimiento asimétrico, similar al de Twitter, mediante el cual los usuarios pueden seguir unilateralmente a otros. Al principio funcionó bien, pero no se construían relaciones y no se generaba engagement con la plataforma. La caída de Orkut, otra red de Google, integró un diseño abierto, el cual permite a los usuarios saber cuándo otros acceden a sus perfiles. La gente terminó sintiéndose incómoda y la red se desconectó en 2014, 10 años después de su lanzamiento.
Los ecosistemas se evalúan utilizando dos tipos de métricas: métricas financieras, como ingresos, burn rate, rentabilidad y retorno de la inversión; y métricas vanity, como el tamaño del mercado y la actividad interna (número de suscriptores, clicks o menciones en redes sociales). Las primeras no son muy útiles para evaluar el desarrollo, porque miran hacia atrás. Las segundas pueden ser engañosas, porque no necesariamente se vinculan a la creación o extracción de valor. Indican el interés actual en el ecosistema y su potencial, así como el gasto de inversionistas en marketing u otras estrategias, pero no la generación de valor.
Para tener éxito y ahorrar costos, se debe evaluar la salud de un ecosistema empresarial a lo largo de toda su vida, se necesitan métricas que indiquen su desempeño y potencial respecto al sistema y respecto a las empresas o socios individuales que participan en él, así como de su líder. El crecimiento debe ser medible no sólo en la participación del ecosistema, sino también en el modelo operativo base. Y, sobre todo, se necesitan métricas que reflejen los factores de éxito correspondientes a cada una de las distintas fases de su desarrollo.
Este artículo presenta un conjunto de métricas e indicadores de riesgo que pueden ayudarte a determinar si tu ecosistema está sano y si conviene seguir invirtiendo en él en cada fase; también pueden ayudarte a identificar posibles problemáticas y decidir cuándo abandonar o reorientarlo.
Nuestra investigación reveló que el crecimiento de los ecosistemas empresariales suele producirse en cuatro fases. La evaluación de cada una depende de ciertos factores y esfuerzos únicos, así como de indicadores y métricas específicos.
En la fase de lanzamiento, se deben concentrar esfuerzos en desarrollar una propuesta de valor sólida para todos (el líder, los socios y los clientes) y en encontrar un diseño correcto. Una vez el ecosistema se establece, ingresa a la fase de escala, cuando es crucial aumentar el número y la intensidad de las interacciones internas y disminuir el costo unitario de cada una. Si se tiene éxito, pasa a la fase de madurez, en la que el crecimiento se ralentiza y se debe reforzar la lealtad de los clientes y socios, así como erigir barreras de entrada para la competencia. Cuando se consigue una posición sólida, el ecosistema entra en fase de evolución, en donde el foco debe ser expandir la oferta e innovar continuamente.
Para evaluar la salud de tu ecosistema en cada fase, responde las siguientes preguntas:
El objetivo es establecer el ecosistema en el mercado presentándolo a los usuarios y demostrando su viabilidad. Para ello, el líder debe formular la propuesta de valor y definir la estructura inicial del ecosistema. Esto incluye determinar a los socios y sus actividades, los vínculos entre ellos, sus roles y responsabilidades y el diseño de los modelos operativos y de gobernanza. Identificamos cuatro factores de éxito para esta fase.
Primero, las ganancias potenciales deben ser suficientemente generosas como para justificar la inversión y atraer socios. Esto depende del valor que puedan crear para sus clientes y la disposición de ellos a pagar por él. Para conseguirlo, el ecosistema debe, por ejemplo, eliminar una fuente sustancial de fricción para los clientes o satisfacer una necesidad nueva o descuidada.
Luego, el líder tiene que motivar el compromiso y la participación de todos los miembros del ecosistema. No se trata sólo de conseguir muchos participantes, sino de que sean los adecuados (como desarrolladores populares en una plataforma de videojuegos) y en proporciones correctas (equilibrar conductores y pasajeros en una app de transporte compartido, por ejemplo).
En tercer lugar, el líder debe determinar el grado de apertura para el ecosistema y crear los estándares y procesos regulatorios de acceso y decisión. Los ecosistemas abiertos suelen crecer rápidamente —sobre todo en esta fase—, permiten una mayor diversidad y fomentan la innovación descentralizada. Los ecosistemas cerrados tienen un diseño más intencional y un mayor control sobre los socios comerciales y la calidad de las ofertas.
Finalmente, el líder tiene que decidir cómo cobrar por los productos y servicios, y determinar cómo compartir el valor creado, de manera que motive a los participantes a fomentar el crecimiento del ecosistema.
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Métricas: se puede mantener récord de varias métricas en esta fase, como los gastos de marketing y tecnología, los ingresos, el financiamiento, el burn rate, la cantidad de usuarios y la atención de los medios. Pero para evaluar la salud del ecosistema, sugerimos que te concentres en las siguientes tres:
Factores de riesgo: si obtienes buenas puntuaciones en estas métricas, es probable que tu ecosistema esté teniendo un lanzamiento óptimo. No obstante, si observas alguno de los siguientes factores de riesgo, quizá estás perdiendo foco o estés a punto de fracasar:
FASE 2: Escala
Cuando los ecosistemas sobreviven a la fase de lanzamiento, los esfuerzos se concentran en aumentar la actividad de la plataforma, escalar el modelo operativo y volverse rentable. Hallamos dos factores de éxito para esta fase.
El primero es la capacidad de establecer y aprovechar los efectos de red positivos que promueven economías de escala basadas en la demanda. Los efectos directos de la red ocurren cuando el valor obtenido por los usuarios crece conforme aumenta su número (p. Ej., usuarios en redes sociales). Los efectos indirectos se manifiestan cuando el valor obtenido por los participantes de un lado crece junto a los participantes del otro lado (p. Ej., entre más pasajeros, mayores beneficios para los conductores de una app de transporte).
El segundo es la capacidad del modelo operativo para conservar el ritmo de la demanda y promover la escala. Los ecosistemas digitales funcionan con modelos comerciales con pocos activos, costos marginales y rendimientos crecientes. Sin embargo, las economías de escala basadas en la oferta pueden verse limitadas por los gastos de marketing, contratación y tecnología. Según vayan creciendo las redes, la complejidad y el control de calidad pueden aumentar los costos y también disminuir las economías de escala.
Métricas: en esta segunda fase, te sugerimos concentrarte en las siguientes cuatro métricas:
Factores de riesgo: además de estas métricas, tenemos factores de riesgo que indicarían que necesitas ajustar el diseño o modelo de gobernanza de tu ecosistema:
PASE 3: Madurez
En la fase de madurez, el ecosistema desacelera porque su mercado está cada vez más saturado y tienen una participación sustancial. Ahora, el objetivo es consolidar y defender su posición. Normalmente es un reto, porque la competencia apunta tanto a la demanda como a la oferta del ecosistema. Además, todo ecosistema maduro debe evitar relajarse y seguir siendo líder en tecnología e innovación dentro de sus industrias. En esta fase, influyen dos factores de éxito.
Primero, el líder necesita descubrir cómo mejorar la lealtad de los participantes, pues la competencia intentará robarlos con más fuerza. Esta es una amenaza peligrosa sobre todo si los participantes pueden unirse simultáneamente a múltiples ecosistemas competitivos y/o cambiar fácilmente entre ecosistemas. Por ejemplo, los restaurantes y consumidores suelen utilizar más de una plataforma de servicio a domicilio. Para reducir este riesgo, se podrían ofrecer servicios adicionales a los participantes e incentivos para los usuarios, como programas de lealtad.
En segundo lugar, se tienen que erigir barreras de entrada para defender la posición del ecosistema contra competidores e imitadores. Los ecosistemas digitales requieren inversiones iniciales más bajas, pero sus efectos de red son más débiles y pueden revertirse más fácilmente que los efectos de red física. Para limitar la entrada, los líderes pueden aprovechar la red, la escala y los datos difíciles de igualar para los nuevos participantes (p. Ej., usar analítica avanzada para mejorar y personalizar sus ofertas constantemente).
Métricas: para evaluar un ecosistema maduro, céntrate en las siguientes cinco métricas:
Factores de riesgo: las siguientes señales pueden alertarte sobre la salud de tu ecosistema durante esta fase e indicarte cuándo actuar:
FASE 4: Evolución
Cuando los ecosistemas maduran por completo, deben adaptarse y reinventarse constantemente antes que la competencia. Según nuestra investigación, existen tres factores de éxito durante la fase de evolución.
Primero, el éxito a largo plazo depende de la capacidad de aprender e innovar más rápido que la competencia. La evolución exacta de un ecosistema empresarial no puede ni debe planificarse con anticipación. Más bien, tiene que reaccionar de manera efectiva ante las necesidades del cliente y los avances tecnológicos. Para esto, los líderes deben estar abiertos a la creatividad de los participantes del ecosistema y crear plataformas flexibles y resilientes.
Segundo, los ecosistemas sólidos encuentran formas de expandir sus propuestas de valor, ya sea a través de la adición de nuevos productos o servicios a un ecosistema existente (p. Ej., cuando LinkedIn agregó funciones para publicar contenido y reclutamientos en línea), la expansión de servicios/productos (p. Ej., apps de transporte sumando servicios de entregas a domicilio), o su presencia en otros mercados (p. Ej., Apple aprovechando su sólida posición como fabricante de reproductores de música para conquistar el ecosistema de los smartphones).
Y tercero, conforme el ecosistema se expande, las estrategias de gestión de riesgos adquieren mayor importancia. Los ecosistemas dominantes pueden afectar bastante a todas las partes interesadas, quienes naturalmente se opondrán. El rechazo puede surgir entre operadores establecidos (taxis locales contra Uber), socios (que se quejan por las tarifas abusivas de Amazon), usuarios (que critican las políticas de privacidad de Facebook) o reguladores (la multa de la Unión Europea contra Google por prácticas anticompetitivas en su ecosistema Android). Evita convertirte en depredador, garantiza la distribución de valor entre todos los interesados relevantes y gestiona las percepciones de los participantes de manera proactiva.
Métricas: las métricas de madurez siguen siendo relevantes, pero ahora también debes cuidar las siguientes:
Factores de riesgo: a continuación, te presentamos una serie de señales que indicarían que tu ecosistema no va por buen camino y que necesitas realizar ajustes:
El panorama de los ecosistemas es negro, pero puedes mejorarlo si estás atento a las métricas y factores de riesgo que describimos. Para ello, tienes que entender que cada fase de un ecosistema requiere puntos focales de gestión muy diferentes y, por tanto, métricas específicas.
Integra esta información en tu sistema de gestión y reflexiona al respecto durante las revisiones de estrategia. Si descubres que tu ecosistema tiene un desempeño débil en una o más métricas o detectas algún factor de riesgo, identifica las causas para solucionar el problema y prevenir daños.
Considera la posibilidad de fracasar y prepara un plan B. La realidad es que el 85% de los ecosistemas no logran sobrevivir, así que es muy probable que tu ecosistema inicial no tenga éxito. Por eso es tan necesario tener objetivos y planes claros sobre cuándo y cómo cambiar de rumbo.
Debes saber que estos factores y métricas no son los únicos para evaluar una empresa, pero pueden ayudarte a encontrar los puntos clave para mejorar y garantizar la salud de tu ecosistema y aumentar tus probabilidades de éxito.
REFERENCIAS
1. M. Reeves, H. Lotan, J. Legrand, et al., “How Business Ecosystems Rise (and Often Fall),” MIT Sloan Management Review, July 30, 2019, https://sloanreview.mit.edu.
2. U. Pidun, M. Reeves, and M. Schüssler, “Why Do Most Business Ecosystems Fail?” Boston Consulting Group, June 22, 2020, www.bcg.com.
3. R. Adner, “The Wide Lens: A New Strategy for Innovation” (New York: Penguin/Portfolio, 2012).
4. B. Popper, “YouTube to the Music Industry: Here’s the Money,” The Verge, July 13, 2016, www.theverge.com.
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14. A. Khalid, “YouTube Is Now the Biggest Threat to Twitch,” Quartz, Jan. 28, 2020, https://qz.com.
15. L. Debter, “Etsy’s Push to Compete With Amazon Leaves Sellers Squeezed by Rising Costs,” Forbes, Feb. 27, 2020, www.forbes.com.
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18. M. Harris, “The History of Napster: How the Brand Has Changed Over the Years,” Lifewire, Nov. 18, 2019, www.lifewire.com.